Sunday, March 8, 2009

Un sueño hecho realidad: EL CARNEGIE HALL ( english version above)

Algunos sueños son tan improbables que ni siquiera nos atrevemos a soñarlos. Son tan inalcanzables, tan imposibles, que ni siquiera permitimos que nuestra imaginación descanse en ellos.


Y a veces, la vida es tan asombrosa que te deja uno de los sueños a la puerta de c asa, y recibes un regalo de valor incalculable, seguramente sin merecerlo. Y de repente, muchos elementos diferentes de la vida se juntan de una forma extraña y mágica para dar forma a este sueño y todo empieza a tomar sentido, y miramos al pasado con una voz diferente. Y entendemos cosas que nunca antes habíamos entendido por qué pasaron y nos alegramos de cosas que, en su m omento, no parecían ser causa de ninguna alegría.


Desde que empecé a estudiar música a los 14, me preguntaba como sería estar abajo en el escenario con la orquesta. Ahí abajo en el auditorio Nacional o en el Teatro Monumental, donde tocan las mejores orquestas. Pero nunca pensé que me sería posible llegar ahí, jamás en mi vida. Y de alguna manera, por alguna razón, por muchas razones que no tienen nada que ver con la música o con la flauta, el mes pasado, toqué en el Carnegie Hall. Todavía se me acelera el corazón cuando pronuncio ese nombre, y se me pone la carne de gallina

Fue increíble salir a escena, sentarse en el medio de la banda y ser parte de la creación de la música, empezando desde el silencio. Las sillas, la gente, las luces, la acústica. Y esos atriles maravillosos que se ajustan fácilmente sin atraparse los dedos entre las varillas.


Salí con mis zapatos de tacón y mi falda de conciertos. La misma falda que mi madre me hizo cuando tenía 16 años, para llevarla en la primera audición que di en el Conservatorio Superior de Música de Madrid. ¿Cómo podría ni siquiera empezar a imaginarme...?

Nos habían dado una tarjeta, y cuando llegué, tuve que buscar la entrada de los artistas. Lo voy a decir otra vez, para disfrutar cómo suena “ LA ENTRADA DE ARTISTAS DEL CARNEGIE HALL”

Después estuve esperando un rato. Me maquillé delante de un espejo gigante con muchas bombillas, y me puse los zapatos de tacón. Nos pusimos en fila para ensayar durante 20 minutes, y entramos en el escenario. Se podía ver el teatro entero, el patio de butacas, los palcos, el entresuelo, las luces…y tocamos un poco. Los dos primeros compases salieron un poco peor. Se podía sentir el susto que llevábamos todos en el cuerpo, y el no querer hacerlo mal. Y el encontrarse con que tu sonido es distinto en el Carnegie de lo que estás acostumbrado a escuchar en tu casa ( lo voy a decir otra vez TU SONIDO EN EL CARNEGIE) Pero luego nos acostumbramos, y todo mejoró, y las notas empezaron a encontrar su sitio en el inmenso espacio del teatro.


Después del ensayo, nos dejaron salir hasta nuestra hora de llama a las 9. Fui por un café y a las nueve, ahí estábamos todos en la sala de la orquesta, de pie, sentados, hablando, tocando, calentando… El sonido de los diferentes instrumentos se mezclaba en el aire, tocando escalas, o pequeños trozos reconocibles de las obras que llevábamos, risas nerviosas el sonido de las cámaras de fotos. Y entonces llegó nuestra llamada.


Nos pusimos en fila parar entrar en el escenario. 10 minutos. Estas es la peor parte. Los diez minutos antes de empezar a tocar. Y allí estábamos, susurrando, concentrándonos. Y salimos al escenario. Y allí estaba el director de la orquesta, en la puerta, sonriendo y animándonos en nuestra salida al escenario.


Las luces brillaban y la audiencia nos recibió con un aplauso. Nos sentamos, calentamos un minuto y el concertino, que es un clarinete, toca un si bemol para los metales y un la para las maderas.

En realidad, ya habíamos afinado más o menos antes de salir a escena, para asegurar. Pero no se lo digáis a nadie.

Entonces el director salió a escena. Otra ronda de aplausos. Nos miró, levantó los brazos y le seguimos, poniéndonos el instrumento en la boca. Un Segundo de complete silencio en un teatro enorme. Marcó la anacrusa y comenzó el viaje.

Después de la obertura de Candide, hubo muchos aplausos. Y entonces tocamos otra muy difícil, una pieza contemporánea llamada Wild Nights. Después de eso, todo era fácil. Tenía más miedo por las dos primeras, así que , después de ellas, me relajé y disfruté de estar ahí, y de la música que estábamos hacienda juntos. Y en los momentos en los que tenía silencios, era maravilloso ver como el director hacía que la música ocurriese, como la batuta iba dictando la música y escuchar a la banda tocar. Y la música seguía flotando alrededor, como magia.

Particularmente, el último acorde de la Procesión de Elsa de Lohengrin. Se quedó en el aire flotando, después de que dejásemos de tocar, todos los sonidos mezclándose en un gran acorde Wagneriano mientras escuchábamos con los instrumentos de la boca, con la tensión de haber tocado

También tocamos otra pieza contemporánea, Pilatus, y la Sinfonía de la Máquina de Escribir, que le encantó a todo el mundo.


Y entonces nos aplaudieron. El director salió de escena y volvió dos veces. Y vi a mis amigos decirme hola desde las butacas, y salimos del escenario como andando en una nube, sonriendo de oreja a oreja y nos abrazamos…Y a fue absolutamente maravilloso-


Hubo una vez que toque en el Carnegie Hall, donde las luces eran brillantes y la música flotaba en el aire. Y de la batuta del conductor, salía magia.


Algunas fotos

5 comments:

  1. Espera, espera. ¿Qué has tocado en el Carnegie Hall? ¿Ese que está en la Séptima Avenida? ¿En el famoso Carnegie Hall? ¿En esa pedazo de sala en la que sólo tocan los grandes? Qué lujo. FELICIDADES, ESTRELLA.

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  2. Cada día me sorprendes más :-)

    ¡Felicidades!

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  3. Muuchaaas gracias. Yo todavía estoy atónita ante la conjunción de estrellas y sigo pellizcándome para ver si me despierto :)

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  4. Que maravilla, Ana.

    Eso sí que es una pasada :-)

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  5. JOer como somos... era un typo...gay for guy...que tengo un jari en la cabeza con esto de pasarme la mitad de la vida en ingl'es y la mitad en Espaniol que no me entero...No se puede escurrir...podiossssss...

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EL REINO DEL CAOS